El 14 de marzo, la
actividad en Marambio comenzó muy temprano para despedir a la dotación que
participó en la Campaña de Verano.
A las 6 hs., con -11ºC
de temperatura y una sensación térmica que pisaba los –20ºC por efecto del
viento, hombres, mujeres y máquinas estuvieron en sus puestos esperando el
arribo del Hércules C-130. Tras un aterrizaje sereno a pesar de la dificultad
intrínseca de Marambio, el avión detuvo sus poderosos motores.
Una campaña
exitosa
La Campaña Antártica
de Verano (CAV) se caracteriza por ser el período de mayor movimiento, tránsito
y actividad en todas las bases antárticas (permanentes y transitorias) y en
mayor medida en Marambio, por la doble condición de tener un reaprovisionamiento
de combustibles y suministros vía marítima, pero además como aeródromo, recibir
a los vuelos logísticos que realizan los C-130, desplegar y replegar a
científicos, trasladar personal y carga de otras bases próximas, todo ello
mediante helicópteros y aviones.
La misión central de
las bases antárticas, permanentes y transitorias, es brindar apoyo logístico
para la actividad científica, y mantener la presencia de nuestra nación en el
continente blanco. Argentina es el único país que sostiene la mayor permanencia
ininterrumpida, cuando en 1904, instaló el observatorio de la isla Laurie, en la
Orcadas del Sur.
Tal como ocurrió en
años anteriores, mientras se espera la puesta en servicio del rompehielos ARA
“Almirante Irízar”, se contrató al buque polar ruso Vasiliy Golovnin, un
carguero de 150 m de longitud y 22 de ancho, que embarca a dos helicópteros
Kamov Ka-32 y dos lanchones de desembarco, para abastecer de combustible,
víveres e insumos a las bases argentinas y recoger residuos.
El Golovnin zarpó de
Buenos Aires a finales de enero, y en Marambio, la descarga de víveres y
combustibles se realizó entre el 11 y el 16 de febrero.
Dado que la Base está
ubicada en una meseta a 200 metros sobre el nivel del mar, la carga del buque se
trasladó a través de los helicópteros Kamov, capaces de transportar hasta 5
toneladas de carga colgante. Por el volumen de combustibles que requiere el
destino, la descarga demanda varios días de operaciones y un esfuerzo extenuante
para el personal.
La Fuerza Aérea
desplegó para la CAV aviones C-130, un helicóptero pesado MI-171E y un Bell 212
de la escuadrilla antártica Skua, además de la actividad que tras varias décadas
desarrolla la Escuadrilla Antártica de Vuelo Águila con aviones DHC-6 Twin Otter,
permaneciendo uno de estos aviones todo el año en Marambio para trasladar
personal y carga a otras bases o para efectuar tareas de búsqueda y rescate.
Este año, teniendo en
cuenta el compromiso permanente de la Base Marambio y de la FAA con la
protección del ambiente, se evacuaron 165 toneladas de residuos de todo tipo.
Entre los trabajos
científicos más destacados que se desarrollaron, conviene destacar los hallazgos
paleontológicos realizados en la isla Vicecomodoro Marambio, entre los que se
encuentran: el descubrimiento de fósiles de ballenas de 35 millones de años de
antigüedad, próximos a la instalaciones de la Base; el monitoreo de pingüinos
Adelia; los trabajos en el refugio histórico Otto Nordenkhold, de la famosa
“Expedición Sobral”, en la isla Cerro Nevado, y los estudios regulares de la
capa de ozono, aerosoles y otros parámetros y componentes de la atmósfera.
Además, la Base
recibe todos los años a científicos de otras nacionalidades, ya sea en calidad
de tránsito o como parte de proyectos de cooperación. Así, en 2015/16, pasaron
por Marambio científicos de la República Checa, de Italia, EE.UU., Brasil,
Finlandia y Canadá.
La investigación
científica nacional en la Antártica es coordinada y desarrollada por la
Dirección Nacional del Antártico (DNA) y el Instituto Antártico Argentino (IAA),
mientras que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) efectúa todos los trabajos
de monitoreo y registro de la atmósfera, elabora pronósticos diarios para todas
las bases de la región y observaciones meteorológicas horarias.
Visitas
Durante el verano,
suelen darse con mayor asiduidad visitas de autoridades nacionales, de las
Fuerzas Armadas y representantes de otros países.
En esta CAV
concurrieron a Marambio, entre otros, el Ministro de Defensa, Ing. Julio
Martínez, acompañado por el titular de la Fuerza Aérea, brigadier “VGM” Enrique
Víctor Amrein; el comandante conjunto antártico (COCOANTAR), comodoro de Marina,
Marcelo Tarapow. Además, estuvieron presentes personal de las FFAA de Colombia,
interesados en instalar una base antártica.
Con respecto a la CAV,
el jefe de la Base Marambio, comodoro Sergio Zulatto, manifestó: “Deseo
agradecer el apoyo brindado por la Fuerza Aérea, la Dirección de Asuntos
Antárticos, la DNA y todo el personal de la dotación 47 en el desarrollo de las
diferentes etapas de esta campaña de verano. También quiero remarcar el alto
espíritu de compromiso de todo el personal de la Base y el elevado sentido de
responsabilidad para con la misión encomendada”.
La invernada
Al finalizar la CAV,
la dotación que habita por un año en la Base inicia el período más íntimo,
profundo y cautivante de la experiencia antártica: “la invernada”.
Durante esta etapa
los helicópteros ya se encuentran en el continente, los vuelos logísticos son
menos frecuentes y la cantidad de habitantes en Marambio desciende a unas 80
personas.
La vida en la Base
habrá de adecuarse mucho más drásticamente a las condiciones climáticas que se
hacen cada vez más duras. Las temperaturas descienden inexorablemente, los
temporales aumentarán en intensidad y frecuencia, escondiendo partes de la base
bajo la nieve. El trabajo en el exterior se hace cada vez más difícil, las
herramientas son imposibles de tocar a mano descubierta.
Cada dotación es un
grupo humano diferente, con similitudes marcadas por el trabajo cotidiano de la
base antártica y diferencias de enfoque. Además, la comunicación con los
familiares siempre traerá luces y sombras en los ánimos de los antárticos.
Para quienes vivieron
un año en Marambio, no hay nada más cierto que aquella frase escrita en el
comedor comunitario: “Cuando llegaste a penas me conocías; cuando te vayas, me
llevarás contigo…”
Por Juan
C. Benavente, desde Base Marambio