Proyecto de Declaración
El
Senado y la Cámara de Diputados sancionan con fuerza
de Ley, etc.
DECLARA
Que vería con agrado que el Poder Ejecutivo
nacional, por intermedio del organismo que
corresponda implemente las acciones para promover en
los planes de inmunización obligatorio la vacuna de
hepatitis B a nivel nacional.
FUNDAMENTOS
Señor
presidente:
La
hepatitis B es hoy la principal causa de enfermedad
hepática en el mundo. Una vez adquirida la
enfermedad, una proporción variable de los
infectados, después de pasar una etapa aguda en
forma sintomática o asintomática, se transforma en
portador crónico del virus. Estos portadores son el
principal reservorio de la enfermedad.
Los
portadores crónicos (definidos como una persona
HBsAg positivo, 6 meses después del comienzo de la
infección) son el principal reservorio de la
enfermedad.
La
posibilidad de ser portador de hepatitis B varía en
relación inversa con la edad de la adquisición de
la infección. Cuando el contagio de un niño se hace
en el momento del parto por una madre HBAg+, y sobre
todo si es HBAge+, la probabilidad de que el niño se
transforme en portador es del 85 al 90 %. En cambio,
si la infección es en un adulto, sólo del 6 al 10 %
evoluciona a la cronicidad.
ASPECTOS
EPIDEMIOLÓGICOS
La
hepatitis B es adquirida por transmisión percutánea
o mucosa en relación a fluídos infectados, por
contacto sexual con una persona infectada y por
transmisión perinatal. En un 30 % de los casos no se
documentan factores de riesgo.
La
frecuencia de infecciones por hepatitis B y los
patrones de transmisión varían marcadamente en
diferentes regiones del mundo. Aproximadamente el 45
% de la población mundial vive en áreas donde la
prevalencia de infección crónica por hepatitis B es
elevada. Argentina, entraría dentro de las áreas de
baja endemicidad. Sin embargo en situaciones
especiales esta prevalencia aumenta
considerablemente. (Se adjunta Tabla 1, Boletín
Epidemiológico Nacional, datos de 1993).
En
áreas de alta endemicidad, el riesgo de adquisición
de la hepatitis durante la vida es mayor al 60 % pero
el mayor riesgo ocurre en el nacimiento y en edades
tempranas de la vida donde el riesgo de infección
crónica es a su vez mayor. Lamentablemente la
mayoría de las infecciones en la edad pediátrica
son asintomática, de tal manera que la infección
aguda puede no reconocerse.
Dentro
de las áreas de alta endemicidad en Sudamérica,
figuran ciertas regiones del Brasil, Perú,
determinadas regiones de Colombia y Venezuela. El
continuo intercambio de personas por las migraciones
ocurridas en las últimas décadas, sumados a un
aumento del turismo a nivel mundial donde también
prevalecen áreas de alta endemicidad, hacen que
considerar las regiones como compartimentos estancos
no sea ya adecuado.
Su
área de baja endemicidad, como puede ocurrir en la
Argentina el 1 al 2 % de los niños pueden
desarrollar infección crónica, y a la vez el 10 al
20 de las mismas ocurren como transmisión perinatal.
Es
importante recordar que las infecciones por el virus
de hepatitis B no se restringen solo a la infancia
que constituyen el 10 al 20 % de las infecciones
adquiridas.
Los
adolescentes de por sí constituyen un grupo de
riesgo, por la posibilidad de transmisión
principalmente por contacto sexual.
En
los grupos de riesgo, deben tenerse en cuenta además
los adictos por vía endovenosa, homosexuales con
múltiples parejas, convivientes con infectados con
el virus de hepatitis B, hemofílicos, pacientes
dializados y personal de salud, principalmente
aquellos que puedan estar en contacto con sangre,
derivados y fluídos corporales. Personal interno y
externo de las cárceles. Se incluyen en estos grupos
pacientes internados en instituciones para menores o
discapacitados.
El
advenimiento de nuevas vacunas producidas por
ingeniería genética, la disminución de los costos
de la misma que la hacen costo/efectiva a nivel
poblacional, sumadas a las recomendaciones del
Programa Ampliado de Inmunizaciones de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) hacen que la
posibilidad de erradicación a mediano o largo plazo
de esta enfermedad sea posible, así como lo fue la
viruela, lo será en pocos años la poliomielitis y
se propone lo mismo para el sarampión.
Las
estrategias para la vacunación deben abarcar
diferentes situaciones según se desprende de éstos
datos epidemiológicos, para lograr una amplia
inmunización, prevenir la diseminación del virus de
la hepatitis B y las enfermedades crónicas
relacionadas con el mismo. (Se adjunta Tabla 2,
Abreviatura, Antígeno o anticuerpos de la hepatitis
B ).
ESTRATEGIAS
PARA LA VACUNACION
I.Vacunación
rutinaria en la infancia.
II.Vacunación
rutinaria en la adolescencia.
III.Vacunación
en grupos de riesgo.
Vacunación
rutinaria en la infancia
La
vacunación contra la hepatitis B se recomienda para
todos los niños. Hay varias ventajas relacionadas
con la aplicación de esta estrategia.
Fundamentalmente
lo que se persigue es evitar las infecciones
tempranas en la vida. Estas pueden producirse a
través de la transmisión vertical madre- hijo en el
período neonatal inmediato o por contacto posterior
en convivientes con portadores del virus de la
hepatitis B.
La
transmisión de la infección perinatal se puede
prevenir en un 95% de los casos, con la
administración de la IGHB dentro de las 12 horas
posteriores al nacimiento preferentemente,
conjuntamente con la inmunización activa.
Las
ventajas de introducir la vacunación rutinaria en la
lactancia serían:
Prevención
de las infecciones en el período perinatal y en
etapas tempranas de la niñez.
Facilidad
para integrarla en los programas habituales de
inmunizaciones.
Mayor
costo- beneficio.
No
se requieren visitas adicionales en los centros de
vacunación
II.
Vacunación rutinaria en la adolescencia.
Para
poder lograr el control y la posterior erradicación
de esta enfermedad es necesario incorporar la
vacunación contra la hepatitis B en los niños
prepúberes o adolescentes .
Las
ventajas de introducir la vacuna en este grupo es
importante porque representa el grupo de mayor riesgo
para la adquisición de la hepatitis B por sus
conductas en relación a la actividad sexual,
drogadicción endovenosa y la falta de conocimientos.
La
mayoría de los niños prepúberes están aún en la
escuela, lo cual hace más factible el cumplimiento
del Programa Vacunación. La vacunación contra la
hepatitis B y el riesgo del mismo pueden ser
introducidos en el contexto de los temas de
educación para la salud, por ejemplo en relación a
la actividad sexual o a la prevención en el uso de
drogas.
Numerosos
estudios han demostrado que la inmunización
rutinaria en la población infantil, sumada a la
vacunación del adolescente pueden virtualmente
eliminar la transmisión del virus en una comunidad.
Esta estrategia ha sido ya implementada en varios
países como en Francia, Italia y Alemania.
III.
Vacunación en grupos de riesgo.
No
puede quedar completo el análisis si no se incluye
aquí la vacunación en los grupos de riesgo ya
mencionados. Las personas consideradas de riesgo que
no hayan sido previamente vacunadas en la infancia o
en la adolescencia deben recibir un adecuado esquema
de vacunación.
La
aprobación del presente proyecto contituirá un
medio eficaz para prevenir la salud de la población
y de la comunidad.