|
PARTIDO
FEDERAL
Capital
Federal |
Reforma
Incompleta y Amañada
La
reciente sanción por parte del Congreso de la Nación de las
leyes 25.610 y 25.611, de reforma parcial al Código Nacional
Electoral y a la Ley Orgánica de Partidos Políticos,
respectivamente, está muy lejos de satisfacer los aspectos más
necesarios de una reforma política integral que nuestro país
requiere desesperadamente.
Las internas abiertas simultaneas para elegir
candidatos a cargos nacionales (presidente y vice,
senadores y diputados), el acortamiento de la duración
de las campañas, la compensación a las autoridades de mesa y
otras modificaciones menores constituyen un parche
que en el fondo sólo habrá de beneficiar a las estructuras más
consolidadas.
No
se ha mejorado la representatividad
En
efecto, el permitirle a los ciudadanos no afiliados a ningún
partido político la posibilidad de participar en elecciones
primarias, o dicho de otra manera, de concurrir junto a los
afiliados a esas agrupaciones a elegir al mejor candidato de
cara a una elección nacional, no
resuelve por si solo otras cuestiones que se encuentran en la
base del problema, como es la cuestión de la
representatividad. Los defensores de la ley dirán
que a partir de ahora el ciudadano común podrá incidir en
los partidos yendo a votar en elecciones abiertas y
simultaneas a los candidatos de éstos. Pero además
de costoso (imagínense esto multiplicado por 24
jurisdicciones) no resuelve, por ejemplo, el tema de las
listas cerradas y bloqueadas (sábana). Cuando se
trate del presidente y vice, está claro que no habrá mayor
problema, tampoco en los distritos con baja representación.
Pero
en que variará la situación de la provincia de Buenos Aires
y de la Capital Federal con la nueva ley ? Pensemos en una
elección abierta para elegir diputados nacionales. Hay 70 en
la provincia de Buenos Aires y 25 en la Capital, que se
renuevan por mitades. Es decir, que el ciudadano tendrá que
seguir optando por listas sábana de 35 y 12/3 candidatos
respectivamente, pero ahora en elecciones abiertas y
simultaneas. Conseguirá el ciudadano discernir por obra y
gracia de esta nueva ley, lo que en una elección abierta no
ha podido hacer durante años ? Podrá conocer al menos a los
primeros cinco candidatos de cada lista?
Perjuicio
para las nuevas ofertas políticas
En
el fondo, esta ley lejos de
favorecer la aparición de nuevas propuestas, las inhibe. Veamos
por qué. Los partidos mayoritarios seguramente presentarán
una oferta multitarget para la elección abierta que pueda
concentrar la atención de la mayor cantidad de potenciales
votantes (recordemos que la elección es optativa). Para poner
un ejemplo concreto, el Partido Justicialista ofrecerá todo
el arco ideológico, desde Kirschner a Menem, pasando por Rodríguez
Saa, Reutemann o De la Sota. A nadie se le escapa que entre éstos
puede estar el próximo presidente de los argentinos. Por
ende, los aportes económicos a
las respectivas campañas y la atención de la gente y de los
medios de comunicación, se volcará indefectiblemente hacia
ellos en desmedro de otras propuestas, tal vez
menos populares, pero más originales o renovadoras que
obligatoriamente deberán efectuar elección ese día. Como
el ciudadano sólo puede votar en una sola interna abierta,
estará frente a un dilema: aportar su voto a quien puede ser
el próximo presidente de la Nación o expresar su voluntad,
casi testimonial, en un candidato menor. Estas
candidaturas tendrán su propio público, sí, pero la elección
abierta operará como una suerte de elección general
anticipada, donde quedarán al desnudo las chances electorales
de cada uno. Esto a su vez,
operará como un condicionante de las campañas futuras en
donde sin temor a equivocarnos podemos decir, utilizando la
jerga futbolera, que los partidos saldrán a la cancha con el
resultado puesto en el vestuario.
Un
problema adicional es que el sistema previsto no es tan amplio
como parece si no que es
bastante limitante del menú electoral, porque al
votar en la interna abierta de un partido (se colocará un
sello en el DNI) ya no se podrá votar en ninguna otra ese
mismo turno, aunque uno quiera hacerlo por otra categoría de
candidatos. Siguiendo el ejemplo, al votar por la fórmula
presidencial del PJ, ya no se podrá votar para definir los
candidatos a senadores o diputados nacionales de la Alianza o
el ARI. Esto conspira contra la pretendida participación.
El
caso de la lista única
La
prueba más cabal de que esta ley es sólo un maquillaje para
que los partidos mayoritarios sigan concentrando el poder, es
el hecho de que no se incluyó expresamente en el texto
sancionado la eximición de la obligación de realizar
internas abiertas obligatorias para aquellas agrupaciones que
consagren una lista única de candidatos. Es deseable que la
reglamentación recoja este planteo que en la Cámara de
Diputados se planteó mediante un proyecto de resolución, que
no obliga al Poder Ejecutivo. ¿Por qué la ley tiene que
castigar al partido homogéneo o al que ha sabido resolver por
medios menos conflictivos y costosos (la interna abierta y
simultánea se costea con fondos públicos) sus diferencias
internas obligándolo a desarrollar todo un proceso que
resulta innecesario ? ¿Por qué habría la gente de ir a
refrendar una lista única ? Este deseo de la mayoría del PJ
será acaso, para que ante la falta de incentivo de una lucha
interna, la gente se vuelque masivamente a votar a favor de
uno u otro en los partidos mayoritarios ? No lo sabemos, lo
que si queda claro es que el sistema no aguanta estas
especulaciones.
Distrito
único y candidaturas independientes
Más
allá de la participación que el ciudadano quiere tener en la
definición de las candidaturas partidarias mas importantes, el
verdadero cambio cualitativo en la representatividad de los
dirigentes se dará el día que se modifique la elección por
distrito único aplicando un sistema mixto que incorpore la
elección por distritos plurinominales (para preservar a las
minorías), se termine con el monopolio de las candidaturas en
manos de los partidos, permitiendo las candidaturas
independientes y porque no (soñar no cuesta nada) se
incorpore el voto electrónico o mecánico (menos costoso).
El Congreso prefirió no dar ese paso trascendental y consagró
en cambio una reforma a mitad de camino que acentuará la
concentración del poder político en unos pocos.
Volver
a la lista de documentos
Partido
Federal
|