La jornada comenzó
con un vuelo de reconocimiento en la Brigada Norte del Este del Congo el cual
arrojo resultados positivos al detectarse posiciones rebeldes próximas a una
base del Ejército Nacional.
Esta información
recabada fue de vital importancia para las operaciones militares que ONU realiza
en forma conjunta con el ejército Regular del Congo (FRDC).
Posteriormente, se
realizó el traslado de un ex-rebelde y su familia para ser entregado al programa
de reincorporación a la sociedad que la ONU lleva adelante.
Este tipo de
movimiento incentiva a los rebeldes a dejar las armas y regresar a la vida
pacífica.
Pero la última misión
del día fue la de más importancia a nivel internacional. Se trató del traslado
de un prisionero el cual estaba fugitivo desde hace 21 años, responsable de
atrocidades cometidas durante el genocidio de Ruanda en 1994.
Se trata de Ladislas
Ntanganzwa, de 53 años, el cual estaba buscado por el Mecanismo para Tribunales
Penales Internacionales de Naciones Unidas (UNMICT, en inglés) por «genocidio,
incitación directa y pública para cometer genocidio y crímenes contra la
humanidad» y Estados Unidos había ofrecido una recompensa de cinco millones de
dólares por su captura.
Según la prensa
internacional, es uno de los presuntos responsables del genocidio contra los
tutsis en Ruanda, que en 1994 causó más de 800.000 muertos.
Una vez más MONUSCO
confió en una aeronave Bell 212 para esta misión, la cual fue realizada en forma
exitosa y sin contratiempos, debido a que el impacto que ocasionó a nivel
internacional requería de una rapidez de reacción y ejecución que ya es
característico en las aeronaves uruguayas.