Desde
1969, cuando se creó en la inhóspita Antártida Argentina la Base Marambio,
centenares de personas han permanecido y permanecen en sus instalaciones durante
un año entero para mantenerla activa y dar apoyo permanente al trabajo
científico.
Por este motivo,
durante fines del mes de enero se puso en acción un plan que tiene como objetivo
continuar con el cuidado del medioambiente y buscar alternativas para que el
personal que integra las diferentes dotaciones adquieran hábitos saludables en
cuanto a la alimentación y a la actividad física, teniendo en cuenta el tiempo
que permanecen allí desplegados.
Dicho proyecto se
basa en tres aristas: la prueba de alimentos naturales supercongelados
incorporados este año a la dieta del personal de la Base; la remodernización de
las instalaciones del gimnasio por parte de la Asociación de Jóvenes Cristianos
(YMCA) y la visita del doctor Alberto Cormillot, especialista en nutrición.
El órgano de prensa
de la Fuerza Aérea Argentina, Noticias en Vuelo, dialogó con el director de
Asuntos Antárticos, el comodoro Enrique Videla, quien hizo referencia al
proyecto alimentario propuesto por el organismo que tiene a su cargo.
“Durante los años 2014/2015 la Dirección realizó un estudio para disminuir la
cantidad de alimentos que se arrojan como residuos en la Base y para eso nos
enfocamos en dos acciones: transformar los restos de comida en energía, es decir
en gas, a través de un biodigestor, disminuyendo la cantidad para su posterior
evacuación y reducir la cantidad de alimentos que se vencen durante cada campaña
y los residuos que genera su packaging”, explicó.
En este sentido,
ambos están en pleno proceso de llevarse a cabo para el cual se realizaron las
pruebas correspondientes en la Dirección de Asuntos Antárticos: “Durante este
año se están probando alimentos congelados en la Base Marambio, Orcadas y
Esperanza para lo cual se viene trabajando desde 2016 cuando contactamos a dos
empresas líderes en el área”.
Finalmente, se optó
por una empresa cordobesa que no sólo se adecúa a las necesidades nutricionales
requeridas sino que además trabaja con raciones envasadas en paquetes de 2,5 Kg.
lo que disminuye sustancialmente la cantidad de residuos. Tras realizar una
licitación a través de la Subsecretaría del Servicio Logístico de la Defensa, la
mercadería fue adquirida entre diciembre de 2017 y enero de 2018.
El 80% fue destinado
a la Base Marambio y la Base Matienzo mientras que el 20% restante fue
trasladada en barco a las Bases Orcadas de la Armada y Esperanza del Ejército
para que puedan evaluarse sus características.
“En esta primera
etapa, luego de finalizada la Campaña Antártica de Verano, ya se han obtenido
algunos resultados de la eficiencia de estos alimentos. Los aspectos positivos
han sido la disminución de residuos de packaging; la posibilidad de consumir
víveres que no se vencen en todo el año, particularmente vegetales que mantienen
las características de recién cocinados, rico en sabor y en calorías”,
manifestó el comodoro.
Además de pedirle a
las Bases los informes respectivos, se invitó a la empresa a realizar una
exposición en donde participaron especialistas de nutrición del Hospital Militar
Central.
Dichos alimentos, que
incluyen entre otros, verduras, carne, cerdo, pescado y potaje, resultarán
beneficiosos en diferentes aspectos ya que permitirán ahorrar tiempo (sobre todo
durante la Campaña Antártica de Verano cuando la Base es visitada por gran
cantidad de personas) y generar menos residuos que no sólo contaminan la Base
sino que implican una mayor dependencia del Hercules para recogerla.
Un proyecto en
marcha
Desde hace dos años
se está evaluando la posibilidad de llevar hidroponía a Marambio y trabajando
conjuntamente con la provincia de Tierra del Fuego y el INTA se elevó el
proyecto para un estudio de impacto ambiental a la Dirección Nacional del
Antártico como autoridad de aplicación.
“En este momento
se encuentra en período de adaptación y se estima trasladar durante la próxima
campaña de verano un contenedor de 20 pies con la tecnología necesaria para el
cultivo de vegetales frescos. Además se asegurará la estanqueidad de semillas,
de forma que no exista posibilidad de esparcimiento de distintas especies de
flora no autóctona en la Antártida, cumpliendo con el precepto legal de evitar
la intromisión de especies no nativas en el continente blanco”, comentó el
Director de Asuntos Antárticos.
“El usuario va a
ser el que da la última palabra. También hay que consensuarlo con las demás
Fuerzas para efectivizarlo el año que viene. Se evalúa gusto, cantidad y
calidad”, aseguró Videla.
Visita saludable
En ese contexto de
prueba, el Dr. Alberto Cormillot e integrantes de la Asociación de Jóvenes
Cristianos (YMCA) visitaron la Base Marambio. “Mi idea es aportar en materia
nutricional”, explicó a este medio el médico, quien aprovechó la ocasión
para dialogar con la doctora y el enfermero de la Base.
La doctora Sonia
González y el capitán Ricardo Prado Sánchez integran la dotación 49 que arribó a
la Base el 8 de noviembre de 2017 y desde su llegada están pendientes de
mantener un riguroso control clínico mensual en todo el personal, poniendo
principal énfasis en el peso.
Trabajando en
conjunto con los cocineros sobre los diferentes platos que confeccionan,
acordaron disminuir el uso de la sal para evitar la hipertensión (sobre todo
porque consumen muchos productos enlatados) y hablaron sobre la importancia de
explorar en los beneficios que poseen los productos congelados que están en
proceso de prueba. De manera inmediata, Cormillot los contactó con su staff de
nutricionistas y prometió un plan de asesoramiento personalizado para cada uno
de los integrantes de la dotación si así lo requieren.
Como resultado de esa
charla y de acuerdo a lo que fue observando en su estadía, el doctor comprobó
que el personal consume en promedio unas 3.500 calorías (mil más de las que
ingiere cualquier persona habitualmente) debido a tres razones: el peso de la
ropa, el movimiento diario producto de las distancias que recorren en la Base y
las bajas temperaturas, por lo cual el consumo es apropiado en este contexto.
Teniendo en cuenta
que además la mayoría realiza actividad física, se comprobó que en líneas
generales se mantienen en igual peso y otros hasta se encuentran en instancias
de descenso.
Para dar cierre a su
visita, el medico brindó también una charla sobre “Estilo de vida y cuidados
alimentarios en general” y donó libros afines a su especialidad que permanecen
en la biblioteca de la Base para ser consultados.
En ese contexto
resulta importante también el aporte de integrantes de la Asociación Cristiana
de Jóvenes de la República Argentina (YMCA), organismo con el que la FAA en 2017
firmó un convenio de colaboración y cooperación en el que se fijó como objetivo
primario remodelar el equipamiento del gimnasio de la Base Marambio y brindar
asesoramiento deportivo. “Acorde a las medidas del gimnasio se analizaron qué
máquinas traer a la vez que se va a modificar la totalidad de la cartelería”,
explica Jorge Chiarello representante de la sede Rosario.
“Luego de charlar con
el personal de la Base observamos que manifiestan gran interés por ir al
gimnasio; los aparatos nuevos los van a motivar aún más”, aseguró Giselle
Giacomotti, profesora de Educación Física, a la vez que agregó: “La médica
les hace un seguimiento personalizado muy estricto y quedamos en trabajar de
forma directa con ella. La idea es poner cámaras y alguna pantalla en el
gimnasio para poder observar cómo realizan los ejercicios y tener la posibilidad
de corregirlos en el momento. Además, si lo requieren, podemos enviarles vía
mail rutinas individuales para cada caso, aunque en líneas generales el trabajo
va a ser aeróbico porque la fuerza está incluida dentro de las tareas diarias
que realizan”.
Los primeros pasos ya
están dados. Sólo resta ponerlos en práctica, evaluarlos y continuar con los que
permiten mantener a la Base y a sus sucesivas dotaciones en óptimas condiciones
tanto operativas como de salubridad.
Fuente: Enviada especial de la FAA 1er. Ten. Laura Pereyra
Fuerza Aérea Argentina en Twitter
@FuerzaAerea_Arg
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