Expediente 1656-D-00 - Cámara de Diputados de la Nación - República Argentina  
 

 


Proyecto de Resolución
El Senado y la Cámara de Diputados sancionan con fuerza de Ley, etc.

Segunda Parte

FUNDAMENTOS

Señor Presidente

Introducción

A pocos días de haberse cumplido el octavo aniversario del atentado a la Embajada de Israel y a casi seis años del atentado a la AMIA, poco o casi nada se ha avanzado sobre las investigaciones y los presuntos móviles que llevaron a su ejecución.

Durante este tiempo, varios medios de comunicación masiva, periodistas, publicaciones, organismos internacionales, organizaciones vinculadas a la causa, como la asociación Memoria Activa, han denunciado sistemáticamente las irregularidades que se llevaron a cabo en el proceso judicial, la manipulación y desaparición de pruebas e inclusive han llegado a peticionar ante instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para denunciar la actitud adoptada por la administración anterior con respecto al desarrollo que habían tomado los acontecimientos.

En varias oportunidades, se ha denunciado, claramente, la impunidad que imperó en el anterior gobierno y la falta de investigación de algunas pistas que surgen del mismo expediente judicial. Sin entrar en los pormenores, debemos decir que no existe explicación alguna, ni desde la perspectiva, judicial ni desde el mismo sentido común, para desechar con tanta vehemencia pistas investigativas que hubieran podido ayudar al esclarecimiento de estos atentados. Sin embargo, el gobierno anterior desestimó de plano toda referencia a lo que popularmente se dio en llamar la “Pista Siria de los atentados”.

¿Por qué la sola posibilidad de que factores cercanos al gobierno sirio o del mismo estado sirio hayan tenido que ver con los atentados perpetrados en nuestro país, causa tanto rechazo?. La sola mención de la pista siria ha sido objeto de críticas sin fundamento, tanto por el juzgado que lleva la causa, como por los organismos de seguridad e inteligencia que colaboran con las tareas de investigación que coordina el juez Juan José Galeano.

Sin embargo, y ampliaremos más adelante, como consecuencia de la negligencia de los servicios de seguridad --recordemos que la dirección del Departamento de Protección del Orden Constitucional tiene a varios de sus integrantes procesados por mal desempeño de los deberes de funcionarios públicos-- han desaparecidos cintas de grabación que vinculaban a determinados personajes con los principales sospechados, se han desestimados allanamientos de extranjeros que estaban íntimamente vinculados al anterior gobierno y se han liberados a sospechosos producto de las mentiras vertidas por funcionarios del anterior gobierno.

Llamativamente todas estas irregularidades, absolutamente verificadas, tenían que ver con la pista siria de los atentados, es como si una poderosa mano invisible hubiera pretendido que en todo momento en que surgiera la posibilidad de que agentes de inteligencia sirios hayan participado de la preparación o ejecución de los atentados, se debía parar y anular estas investigaciones de inmediato.

No era para menos, ya que la totalidad de los investigados y luego desechados sospechosos estaban relacionados, de una u otra manera, con sectores del gobierno anterior. Este es el caso de los ciudadanos sirios-libaneses Mohamed Alem, Narman Al Hennawi, Ghassam Al Zein, Hassan Iasín Santín, Alí Chedade Al Hassan, Yalal Nacrach, Jacinto Kanoore Edul, Nassif Haddad, Javier Haddad o Monzer Al Kassar.

Durante todos estos años se intentó demostrar que la Pista Iraní, la línea investigativa que han adoptado tanto el juzgado, el anterior gobierno y la propia DAIA, era antagónica de la llamada pista siria. Sin embargo, creemos que ambas líneas no sólo no son antagónicas sino que una se interrelaciona con la otra.

La intención de mostrarlas antagónicas se debe sobre todo a un desconocimiento real de las alianzas geopolíticas que se establecieron en Medio Oriente, las profundas relaciones que mantienen ambos estados, la comunión de intereses y por sobre todo el claro objetivo de querer desviar la atención de la opinión pública de cualquier indicio que involucrara al ex gobierno con sospechosos de los atentados, además del escándalo internacional que esto significaba.

Más adelante detallaremos los lazos que unen a Irán y Siria Sin embargo no podemos dejar de afirmar que los intereses mancomunados van desde acuerdos de cooperación económica, pasando por intercambio militar y de inteligencia, hasta llegar al desarrollo militar común. La unión de ambos estados se debe fundamentalmente a la histórica disputa que mantienen con su más acérrimo enemigo Iraq y al interés del presidente sirio Hafez el Assad de bloquear todo desarrollo político de un movimiento fundamentalista islámico en su país, que es gobernado por una minoría alawita.

Pero volvamos a nuestro país. La intención del menemismo de ocultar la verdad de lo sucedido en los atentados tiene vínculos con la misma historia de los últimos 10 años y especialmente en la necesidad del financiamiento de la campaña política de 1989 y las peligrosas promesas incumplidas a determinados países árabes para tal objetivo.

Es por eso que creemos que es falso, o por lo menos parcial, las distintas hipótesis que surgen sobre la relación de los atentados y el proceso de paz que se desarrolla en Oriente Medio. Quizás, la pregunta sería inversa. ¿Qué factores de Estado jugaron para llegar a la conclusión de que un país geográficamente alejado del foco de tensión, como Argentina, se haya involucrado en el conflicto de Medio Oriente? Sin lugar a dudas, la comprensión de esta problemática debe entenderse en el contexto del desarrollo del misil Cóndor II y la instalación de reactores nucleares, factores sumamente importantes a la hora de establecer equilibrios militares en esa región.

El ex gobierno de Menem prometió y no cumplió con las promesas realizadas a determinados países del Medio Oriente, lo que significó para Siria y el resto de los países no contar con la tecnología militar de punta --se estimaba que el Cóndor II era superior al Scud (utilizado en la Guerra del Golfo) o al Badr 2000, un misil semejante al Cóndor--, sino también la pérdida de millones de dólares (se estima que serían más de los 100 millones de dólares invertidos “oficialmente” por los distintos países en el proyecto).

Es indudable, que tales circunstancias son más que suficientes, como elementos a tener en cuenta y susceptibles de evaluación, en el marco de la investigación de los atentados con las características de los sufridos contra la Sede de la AMIA y la Embajada de Israel. El propio diario Río Negro expresa esta misma línea argumental en la investigación publicada en su ediciones del 12, 13 y 14-1-2000.

En tal sentido el presente pedido de informes pretende ser el puntapié inicial de un debate institucional sobre la verdad real de los atentados y sus responsables penales. Entendiendo que éste debe darse en el marco de la Comisión Bicameral de la Investigación de los Atentados a la Embajada de Israel y al Edificio de la AMIA, que a nuestro entender no debe ser un mero acompañante de las diligencias judiciales, sino por el contrario, debe actuar como un contralor de las mismas.

Menem y sus relaciones con el mundo árabe

El viaje de Menem a Siria

En 1988, el todavía precandidato a la presidencia por el Partido Justicialista, Carlos Menem, realizó su primer viaje a la República Arabe de Siria. Aunque la visita era de índole personal, el viaje se convirtió rápidamente en oficial, gracias al sumo interés que mostró el gobierno de Assad por la presencia de un “paisano” que podría ser el futuro presidente de una nación sudamericana.

El ex embajador menemista Oscar Spinosa Melo, señaló meses atrás en una entrevista, que en aquel momento en medio de visitas a familiares, Menem se entrevistó con el vicepresidente sirio Abdul Halim Haddam, uno de los máximos responsables de las negociaciones con Israel y quien controla, junto al hermano del presidente sirio, Rifat El Assad, las plantaciones de amapolas y hachís del sur del Líbano y a su vez es responsable de los servicios de inteligencia sirios.

De las declaraciones de Spinosa Melo, y de otras pruebas aportadas a lo largo de los últimos 10 años, surge que de la reunión de Menem con Assad primero y luego con Haddam, el entonces precandidato a la presidencia se comprometía a entregarle a Siria el misil Cóndor II y en cooperar con el desarrollo nuclear de ese país a cambio de dinero fresco para financiar la campaña electoral en marcha.

Ante el pedido del vicepresidente sirio por el reactor nuclear, Menem no fue menos y le ofreció la colaboración de los expertos argentinos en el desarrollo de este tipo de tecnología. En este punto cabe aclarar que el desarrollo nuclear es el aspecto más sensible en cualquier proceso de equilibrio estratégico para la región. Pero sobre todo, en tiempos de crisis actúa como una verdadera herramienta de prevención y moderación frente al conflicto.

Al respecto, expertos en la materia afirmaron que el equilibrio nuclear – o mejor dicho la supremacía nuclear del Estado hebreo— sirvió como elemento disuasorio en el marco del enfrentamiento del Medio Oriente. A punto tal, que solamente ahora Israel estaría dispuesta a reconocer el arsenal nuclear que mantiene. Imaginemos entonces, la ruptura del equilibrio estratégico que hubiera significado que este tipo de desarrollo estuviera en manos de países enemigos del Estado judío, y por consiguiente de los Estados Unidos, a través de acuerdos bilaterales con países tercermundistas como la Argentina.

Pero los sirios no solamente negociaron, a cambio de dinero, el reactor nuclear. Justamente en 1992, un mes antes del atentado a la embajada de Israel, Siria e Irán firmaron un acuerdo de cooperación nuclear. Según el entonces jefe de los servicios secretos norteamericanos, durante el año 1991, justamente cuando Argentina suspende la instalación del reactor nuclear en Siria y desmantela el proyecto del misil Cóndor II por presiones de los Estados Unidos, Israel y el entonces ministro Domingo Cavallo, Irán se comprometió a invertir 2 billones de dólares en el transcurso de los años 1990-1994, mientras que Siria aportaría 10 billones de dólares en el mismo lapso.

Aunque no existe documentación que relacione el abandono por parte de Argentina del proyecto del reactor nuclear y el pacto estratégico firmado por Irán y Siria, resulta sumamente llamativo, pues por el incumplimiento de Menem, Assad debió salir a comprar un pobre reactor chino.

También es significativo, que en el mismo reporte brindado a la Cámara de Representante por el jefe de la CIA, éste haya manifestado que existían versiones que señalaban que Irán habría adquirido con la firma del acuerdo misiles Scud, producto del fracaso de las operaciones para adquirir el Cóndor II. Absolutamente todos los analistas militares coinciden en señalar que el Cóndor II era tecnológicamente más avanzado que el Scud, sobre todo en su sistema de navegación.

El proyecto Cóndor fue el más ambicioso plan de desarrollo misilístico y militar encarados por la Fuerza Aérea Argentina luego de la guerra de Malvinas y en el cual estaban interesados en sus inicios varios países del Medio Oriente, como Arabia Saudita, Egipto, Libia e Iraq, países que ya habían mantenido conversaciones secretas para la adquisición del misil.

Sin embargo, el cambio del panorama político de la región alimentó las posibilidades de Siria en adquirir el Cóndor II, no sólo por las promesas realizadas por Menem, sino especialmente por el cambio de estrategia de Egipto y Arabia Saudita, quienes abandonaron a Iraq, luego que éste comenzó la operación suicida, que significó la invasión a Kuwait.

En otras palabras, aunque existieron conversaciones donde Menem prometió además del reactor nuclear la venta del misil Cóndor II, la posibilidad cierta de que los sirios adquirieran el misil se potenció cuando las alianzas entre los distintos países dejaron a Iraq, el principal interesado, absolutamente aislado del mundo árabe como consecuencia de la participación de Siria, Egipto y Arabia Saudita en la alianza occidental contra el régimen de Sadam Hussein. Igualmente, los deseos sirios quedaron truncos luego de que Argentina anunciara en 1991 el desmantelamiento del proyecto.

En las mismas reuniones, versiones que son confirmadas por distintos actores de esa época, señalan que en las conversaciones mantenidas entre Hafez el Assad y Menem, el primero le pidió el ingreso de Ibrahim al Ibrahim a la Aduana y la intermediación del traficante sirio Monzer Al Kassar en la venta del misil Cóndor II. Inclusive Domingo Cavallo señaló que otro de los personajes sobre quien el presidente sirio se interesó no sería otro que Alfredo Yabrán.

La relación del Al Kassar con el Cóndor II fue establecida por varios documentos de inteligencia del Ministerio de Defensa, cuando éste era dirigido por el extinto Raúl Borras, por la presencia del traficante de armas en Falda del Carmen en 1985, sede de las operaciones del Cóndor y por sus contactos con la Fuerza Aérea, en especial con los brigadieres Crespo y Julia.

Sin embargo uno de los datos más sugestivos es la posible presencia de Alfredo Yabrán en los orígenes del proyecto y su posterior desarrollo. Si bien, nunca fue investigado por la justicia son sospechosas las relaciones que mantenían con Miguel Vicente Guerrero, cerebro del proyecto Cóndor II y con la Fuerza Aérea, a punto tal que se sospechaba que era un oficial de inteligencia de la misma, pero sobre todo por el control que mantenía sobre los depósitos fiscales de Ezeiza y el transporte de caudales, cuando Ibrahim al Ibrahim ejercía su influencia en la Aduana de Ezeiza.

Tal como afirmábamos anteriormente, los compromisos de “Estado” asumidos por Carlos Menem en 1988 se debían a la necesidad imperiosa de financiamiento de su carrera a la "Casa Rosada". En tal sentido no sólo estableció contactos con los sirios, sino que previamente lo hizo con los libios, sauditas y egipcios.

Dinero sirio, libio, saudita y egipcio para la campaña

Distintos informes internacionales y nacionales de la época señalaban que el proyecto Cóndor II, iniciado entre los años 1984 y 1985, fue financiado desde sus inicios por capitales provenientes de Egipto, Iraq y Arabia Saudita, en un monto del orden de 1,500 millones de dólares, a través de un Joint Venture con los primeros.

La presencia de los sauditas en el joint venture posibilitó el acceso de dinero fresco al proyecto, que se estima en alrededor de 288 millones de dólares. Por su parte los egipcios aparecían como intermediarios de los iraquíes en el proyecto, mientras que empresas de origen europeo, especialmente suizas, alemanas e italianas controlaban el desarrollo tecnológico y la transferencia de fondos por intermedio de la banca suiza. Según información brindada por importantes funcionarios del ministerio de Defensa de ese entonces, Monzer Al Kassar habría sido (durante su visita en 1985 a la base de Falda del Carmen) el intermediario de los sauditas en el ingreso de los mismos al proyecto.

Cabe recordar que la relación de Al Kassar con los sauditas datan de muchos años y entre nosotros esta relación se vio manifestada cuando el magnate sirio-saudita Gaith Pharaon llega a la Argentina, por intermedio de Alberto Kohan, para instalar en nuestro país su “lavadora de dinero”, el BCCI.

Tal como lo afirmamos anteriormente, la adquisición del misil hubiera significado un salto cualitativo en la capacidad militar iraquí. Tanto en la década de los´80, cuando el régimen de Sadam Hussein actuaba como valla de contención del fundamentalismo iraní, apoyado por la totalidad de los países occidentales, como en los principios de los ´90 cuando se enfrentó con los países que en el pasado lo patrocinaron. Sin embargo con su desmantelamiento nadie “devolvió el dinero”.

El ex ministro Domingo Cavallo, señaló en su libro “El Peso de la Verdad” que Menem también le había prometido la adquisición del misil a los libios. Esta información fue corroborada por uno de sus negociadores, Mario Rotundo, hoy enfrentado con el ex presidente Menem al parecer por no haberle cumplido tampoco a él las promesas realizadas

La investigación a que hacíamos mención del diario “Río Negro” describe con lujo de detalles el comienzo de las negociaciones entre libios y argentino para el financiamiento de la campaña electoral de Menem. Según los periodistas Norberto Bermúdez y Carlos Torrengo, las relaciones fueron centralizadas por Nemen Nader Rodríguez, ex candidato a la presidencia de la República Dominicana y Mario Rotundo.

Nader fue llamado por el mismo Menem quien lo invitó a pasar unos días en Argentina. Durante su estadía, Nader se encontró con el primo de Menem, Abdo Menehem, ex presidente de Centro Yabrudense, una organización de la comunidad siria-libanesa en Buenos Aires y con profundas relaciones con el régimen de Assad.

Nader se comprometió a aportar fondos para la campaña electoral del menemismo por intermedio de una organización antes desconocida, llamada Mathaba. La organización Mathaba fue funcional a los intereses libios y se dedicaba a la recolección de fondos para candidatos a presidentes de origen árabe. Sin embargo, las actividades de Mathaba distaban mucho de ser solamente una “Caja negra” del financiamiento ilegal de campañas electorales. Los informes recogidos por intermedio de varias fuentes señalan que la organización funcionaba como un “centro de planificación terrorista” en Trípoli.

Mathaba fue desarticulada luego de una disputa por su poder en Libia y reabierta con el comienzo de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. Un oficial libio señaló por entonces que “necesitamos de sus actividades, ahora más que nunca” (recordemos que el régimen de Gaddafi se opone a toda negociación con Israel). Los servicios de inteligencia señalaron que Mathaba funcionó como centro de entrenamientos de terroristas que además se lo podía individualizar como el “Movimiento Mundial Mathaba”. Los informes señalan que los entrenamientos se realizaron el desierto libio, en la zona de Benghazi.

En una entrevista, realizada por el diario Río Negro, Nader reconoce las gestiones realizadas por Menem y afirma que los montos “donados” por los países árabes a la campaña ascenderían a unos 40 millones de dólares, sin contar con los fondos recaudados en Siria a través de los excelentes contactos que Menem mantenía. El dominicano relató que los depósitos de dinero se hacía a través de una cuenta suiza abierta especialmente para tales fines. Entre los que también habrían aportado dinero se encontraba la OLP. Al finalizar la entrevista Nader señaló textual que “el Doctor Menem incumplió su compromiso con los palestinos”.

Al Kassar y la venta de armas

La relación de Al Kassar con la Argentina datan de muchos años, sin embargo su desembarco como traficante de armas se dio por primera vez cuando se comprometió a conseguir los misiles Exocet, los cuales estaban vedados para la dictadura argentina a causa de la locura militar del conflicto de Malvinas

Sin embargo la participación activa de Al Kassar en Argentina se da con el ascenso de Menem al poder. Según varias investigaciones periodísticas, que coinciden con las aseveraciones del ex embajador Spinosa Melo, las estratégicas funciones que Al Kassar tenia en Argentina se debieron a un pedido expreso del presidente Assad a Menem en su primer encuentro de 1988. “Ahí estaba un personaje en el que reparé porque escapaba de las fotos, pero no lo identifique hasta tiempo después: Monzer Al Kassar, que estuvo esos días en Yabrud...” señalaba Spinosa Melo en una entrevista en Página 12.

En su libro "Don Alfredo", Miguel Bonasso señaló que Cavallo manifestó que en esa reunión Assad le pidió por dos personas, Al Kassar y el desaparecido Alfredo Yabrán. La historia luego corroborara los dichos de Cavallo. Los contactos de Al Kassar con el menemismo y con personajes famosos como Ibrahim al Ibrahim, Amira Yoma, Yalal Nacrach y otros sólo demuestran la profunda relación existente entre ellos.

Distintos servicios de inteligencia occidentales, a los que Al Kassar en una excelente estrategia de protección sirvió en varias ocasiones, señalaron que el traficante de armas actuaba en los hechos como un ministro en las sombras de Assad. Esta activa participación en las políticas de Estado de Siria, se debe sobre todo a su estrecha relación con Rifat el Assad y una vasta agenda de contactos con organizaciones terroristas, traficantes de armas, drogas y servicios de inteligencia en el mundo. A punto tal Al Kassar es considerado importante en la estrategia siria, que fue el mismo traficante el encargado de las negociaciones por la liberación de los rehenes franceses en el Líbano, donde mantiene importantes cuotas de poder e influencia sobre las organizaciones palestinas pro sirias, en su momento también con la OLP y del propio movimiento Hezbollah.

Para el establecimiento de Al Kassar en nuestro país, el gobierno de Menem gestionó en tiempos récord un pasaporte argentino. Quizás la verdad de este episodio esté en el requerimiento del fiscal Rívoli, a cargo de la causa del pasaporte falso. En su pedido de procesamiento contra Al Kassar, Rívoli señaló que las promesas incumplidas por parte de éste ,como la de invertir sumas millonarias en nuestro país eran al solo efecto de conseguir el pasaporte que le serviría para la realización de las actividades públicamente reconocidas, como la venta de armamentos. Más claro imposible.

Mientras Al Kassar se instalaba en la Argentina, bajo la protección del anterior gobierno, Ibrahim al Ibrahim se instalaba en la Aduana de Ezeiza y Yabrán profundizaba su poder controlando los sectores estratégicos de Ezeiza, que le permitiría el ingreso o egreso de personas y mercadería en un marco de absoluta impunidad. Las distintas investigaciones, afirmaban que el establecimiento del trío en los sectores neurálgicos del poder posibilitaron la creación de una “verdadera aduana paralela” o una “zona liberada” por donde entraba, circulaba y salía todo tipo de mercadería sin control alguno.

El llamado "Yoma Gate", es ejemplificador de la impunidad con la que actuaban. La aduana de Ezeiza se convirtió en un centro de operaciones que avalan la hipótesis que lo vincula con la salida de parte de los secretos tecnológicos del Misil Cóndor II, el ingreso de dinero proveniente del lavado de dólares o, peor aún, el ingreso del exógeno que voló la embajada de Israel. Asimismo cabe recordar que en 1991 es cuando empieza la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.

El capítulo argentino de la venta de armas a croatas y bosnios musulmanes ha causado uno de los escándalos más graves en el proceso institucional de nuestro país. El gobierno de Menem violó el embargo de armas establecido por la Naciones Unidas en la guerra civil de la ex Yugoslavia y ha violado su neutralidad al entregar armas a Ecuador que para ese entonces mantenía una guerra con el Perú. (del cual Argentina es garante de paz)

Como un fantasma que siempre está pero nunca se lo ve, Al Kassar aparece vinculado en las operaciones de ventas de armas en todo momento. Sabemos que la parte internacional del caso de la venta ilegal de armas argentinas es uno de los eslabones más frágiles de la investigación llevada a cabo por el fiscal Stornelli. Sin embargo, en el transcurso de las reiteradas denuncias formuladas ante la Justicia hemos tratado de aportar los elementos necesarios para que se instruya el procesamiento del traficante sirio.

Las relaciones de Al Kassar con los imputados, especialmente con Erman González, son conocidas. Sin embargo, una compleja trama de relaciones comerciales vinculan a Al Kassar con Palleros y Ormart. En todo momento afirmamos que Palleros era un simple intermediario de segunda línea que debía negociar con terceros para el ingreso de las armas a una zona de conflicto como lo fue Yugoslavia. A su vez afirmamos, que Al Kassar era uno de los hombres que controlaba el mercado negro de armas que se dirigía a la ex Yugoslavia, circunstancia probada en la causa que se le siguió al traficante sirio en Suiza.

La causa que le siguió el juez de Casación suizo Laurent Kasper Anserment y por el cual Al Kassar fue condenado a un embargo en el orden de tres millones de dólares, refleja el modus operandi que caracterizó la operación en el territorio argentino. Al igual que en nuestro país, en las operaciones de Suiza participaron empresas fantasmas, intermediarios menores, cuentas en casas de cambio y embarque de dudoso origen, estableciendo en su conjunto una extensa red de contacto financieros difícil de detectar. Tal vez éste sea el eslabón más delicado y menos investigado de la causa que lleva adelante el juez Jorge Urso y desde donde se puede verificar quiénes fueron los destinatarios finales de los embarques.

Recientemente, un testigo de identidad reservada y que presumiblemente pertenecería a la organización liderada por Al Kassar, declaró ante el juez suizo que efectivamente péste era el intermediario entre el gobierno argentino y el desaparecido presidente croata Tojdman, del tráfico ilegal de las armas provenientes de nuestro país.

El testigo, de origen español, afirmó que los cargamentos que tenían como destino Croacia, -- presumimos que puede ser el puerto de Reijka donde actuaba una red de traficante argentinos -- pasaban por el puerto español de Malaga. Allí es donde años atrás el juez español Baltasar Garzón descubrió un cargamento de armas y explosivos argentinos y chilenos que tenían por destino las fuerzas nacionalistas croatas.

El periodista Daniel Santoro en su libro “Venta de Armas, Hombres del Gobierno”, en información que atribuye a servicios de inteligencia occidentales, afirma que Al Kassar mantenía relaciones con, Rubén Ormart uno de los principales sospechosos del tráfico ilegal de armas, de la cual participaban dos socios brasileños a través de la firma fantasma Heyton Trade, encargada de la venta de armas a Croacia y Ecuador.

Además, se relaciona a Al Kassar con el sobrino presidencial Yalal Nacrach, conocido como el “hezbollah” en el entorno del menemismo. Yalal aparece vinculado a la causa armas, entre otras, a través de los depósitos en la famosa cuenta Daforel por parte del fondo de inversión Eltham Trading vinculada con las investigaciones del escándalo de la venta de armas y cuyo presidente es el mismo sobrino de Menem. Por la cuenta Daforel se depositaron los 400 mil dólares que Palleros señaló como el pago de una coima a “un alto empresario vinculado al poder”.

Recientemente, en una presentación judicial realizada ante el juez, Adolfo Bagnasco, se denunció que sugestivamente en la cuenta que Daforel mantiene en Nueva York aparece un depósito de similares características a una cuenta secreta del desaparecido Alfredo Yabrán. Luego de la denuncia el fiscal Miguel Ossorio instrumentó el comienzo de la investigación y sugestivamente a principios de febrero fue intimado, violada su propiedad y le sustrajeron importante documentación.

Otros de los elementos que vinculan a Al Kassar con el tráfico de armas argentinas es un documento secreto del gobierno ecuatoriano publicado por el diario de ese país, Posdata el 11 de setiembre de 1998, el cual señala que el intermediario de la venta de armas argentina fue el propio Al Kassar. Según el documento calificado como secreto A1 se señala que la operación de armas tuvo la intermediación del traficante Jean Lasnaud y Al Kassar. Asimismo el documento afirma que los embarques debían salir de los depósitos de EDCADASSA y que la operación la controlaría el capitán sospechosamente “suicidado” Horacio Estrada, vinculado al entonces "empresario" Alfredo Yabrán, muerto también en circunstancias poco claras.

Quizás lo más importante de la causa armas y que nos motivo en su momento a realizar una investigación pormenorizada de la misma, fueron las sospechosas relaciones que mantenían varios imputados en esta causa con algunos de los sospechosos del atentado a la AMIA.

 

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